Esta enfermedad disminuye la capacidad de recordar, pensar y razonar, a largo plazo este deterioro conlleva una dependencia total del enfermo de sus cuidadores. Los síntomas varían según la fase evolutiva en la que se encuentre, pueden proceder de cualquiera de las tres grandes áreas sintomáticas o ámbitos alterados:

  • Déficit cognitivos (alteraciones de la memoria y otras capacidades mentales como atención, orientación, praxias, gnosias, lenguaje, capacidades ejecutivas, juicio y conciencia de enfermedad): siempre.
  • Trastornos psicológicos y del comportamiento (síntomas afectivos, delirios, alucinaciones, falsos reconocimientos e identificaciones, cambios de personalidad, trastornos del comportamiento (agresividad, actividad motora, conducta alimentaria y sexual, ritmo circadiano): no siempre.
  • Pérdidas funcionales (pérdida progresiva de la independencia en las actividades de la vida diaria): siempre. Tienen mayor fiabilidad que las quejas de memoria.

Los síntomas más frecuente de la EA son los despistes, especialmente de hechos rutinarios y bien aprendidos por el sujeto y que van más allá de no recordar el nombre de lugares o personas, no encontrar objetos u olvidar citas poco importantes. Se cometen fallos en la realización de tareas de rutina o hay errores en la asociación de conceptos evidentes.

 

Síntomas de alarma

  • Pérdida de memoria que afecta a la capacidad laboral.
  • Dificultades en tareas familiares.
  • Problemas de lenguaje.
  • Desorientación en tiempo y lugar.
  • Pobreza de juicio.
  • Problemas de pensamiento abstracto.
  • Perder cosas, colocarlas en lugares inapropiados.
  • Cambios de conducta.
  • Cambios de personalidad.
  • Pérdida de iniciativa.

 

Síntomas iniciales

  • Dificultad para denominar las cosas.
  • Dificultad para expresar o comprender las palabras.
  • Desorientarse en el tiempo o perderse en lugares habituales.
  • Dificultades en la toma de decisiones.
  • Pérdida de interés o motivación.
  • Alteraciones en la programación de actos complejos.
  • Cambios de personalidad y trastornos del comportamiento.
  • Suele existir negación por parte del paciente ante aquello que observa el familiar.
  • No es difícil que se produzcan errores que condicionan pequeños sucesos accidentales que deben alertar al familiar.

 

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