Las reglas básicas para las personas que atienden de forma directa a enfermos de Alzheimer son:
- Tener paciencia.
- Hablar de frente, asegurándose que te atiende. Nunca le grites.
- No avergonzarle, ni hacer comentarios negativos ni despectivos.
- Ayudarlo cuando se equivoque.
- Intentar retrasar lo máximo posible el hacer las cosas por él o ella mismo.
- Respetar su intimidad.
- Ser flexible, usted tiene que adaptarse a su ritmo.
- Si se altera o agita mantener la calma, agarrarlo con suavidad, proporcionarle seguridad con su tono de voz, gesto y sonrisa, distraerlo y poner su atención en otra cosa.
- Evitar enfrentamientos.
- Darle tiempo para que explique lo que quiere decir, no hablar por él o por ella.
Si hace un parón y no es capaz de seguir con lo que estaba diciendo ayudarle para que vuelva a coger el hilo.
- Usar frases cortas, sencillas y fáciles de comprender.
- Evitar hablar de la condición o estado de la persona delante de ellas, no son muebles son personas.
- La persona con Alzheimer es una persona con sentimientos, que puede sentirse herido por lo que de ella digan o con lo que de ella hagan.
- Es mejor reforzar los logros que llamarle la atención por algún fracaso.
- Tener en la mente que cualquier conflicto o problema que aparezca es debido a la enfermedad y no es culpa de la persona enferma.
- Simplificar las cosas, no darle demasiadas opciones para elegir, ya que es crearles un dilema.
- En caso de deambulación o vagabundeo dejarlo hacer si no tiene riesgo de caída o distraerlo haciendo otra actividad.
- Ante preguntas repetitivas ignorar o cambiar de tema. No desesperes para él/ella sólo lo ha hecho una vez “la última”, las anteriores no las recuerda.
- En comportamiento agresivo ponerse fuera de su alcance, su agresividad cederá rápidamente y olvidará el motivo de su cólera, mantener la calma.
Los diez nuncas que el cuidador debe respetar ante un enfermo de Alzheimer
- Nunca discutas con el enfermo, ponte de acuerdo con él.
- Nunca trates de razonar con él, distrae su atención.
- Nunca le avergüences, ensálzalo.
- Nunca trates de darle lecciones, serénalo.
- Nunca le pidas que recuerde, rememórale las cosas y los hechos.
- Nunca le digas “ya te lo dije”, repíteselo cuantas veces haga falta.
- Nunca digas “tú no puedes”, dile “haz lo que puedas”.
- Nunca exijas u ordenes, pregúntale o enséñale.
- Nunca condesciendas, dale ánimo o ruégale.
- Nunca fuerces, refuerza la situación.